
Feliz Pesaj, la fiesta de la libertad
Shalom!
Este año la festividad de la libertad la festejamos en confinamiento.
Esto sí es un gran cambio de años anteriores.
Parafraseando la pregunta tradicional: “¿en qué es diferente esta noche de todas las noches?” , esta vez estamos distantes de familia y amigos sin poder abrazarnos o hacer chocar nuestras copas.
Y aún así o tal vez debido a esta situación tan imprevista y sorpresiva, en el aire se respira una sensación de hermandad, una sensación de destino compartido, de no ser tan diferentes los unos de los otros, al fin y al cabo.
Dentro de la parafernalia de dolor, injusticias, rabia, impotencia y sacrificios, algo muy importante se ha hecho un espacio en nuestra ajetreada y siempre ocupada conciencia:
nos hemos dado cuenta que el individuo cuenta, que cada acción nuestra influye, que el hacer o dejar de hacer ciertos hábitos impacta en nuestro entorno, que somos capaces de recapacitar, de influir y de reencauzar rumbos.
No está nada mal como reflexión en estos días, ¿cierto?
La liberación de los judíos del yugo de la esclavitud del faraón de Egipto, la travesía en el desierto camino a la tierra prometida y la recepción de las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí son sin duda los aspectos más conocidos de la festividad de Pésaj.
La riqueza principal de Pesaj reside precisamente en la importancia de su mensaje universal y contemporáneo.
Me sigue sorprendiendo cómo cada año, la festividad de Pesaj se nos presenta más actual que nunca.
Pesaj es actual este año, fue relevante el anterior y estará vigente el que vendrá.
Esto se debe a que los valores y mensajes del Pesaj son universalmente humanos y en consecuencia necesarios en todo momento.
Te invito a encontrar y difundir los valores de Pesaj.
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